Somos seres sexuados y vamos desplegando sexualidad por doquier
La sexualidad está en nuestro cuerpo, en nuestra forma de pensar, en nuestra forma de sentir y en la forma en que nos comportamos
La sexualidad está en todo nuestro ser. Si crees o te han dicho que eres especialmente sexual, mira a ver, porque quizás estás enviando mensajes de alto contenido a los demás que te pueden crear problemas a ti mismo y/o a tu pareja o crear malos entendidos en tus relaciones sociales del día a día. No se trata de reprimirnos pero tampoco de ser ingenuos. Simplemente hay que ser conscientes de ello, no negarlo y atenerse a las consecuencias, porque la sexualidad nos acompaña a todos lados y siempre está ahí. Hay otros seres vivos que no son sexuados, nosotros sí. Estos otros seres no sexuados se reproducen de otras maneras.
Índice
1. Nuestro cuerpo es sexual.
2. Nuestra manera de pensar es sexual.
3. Nuestro humor, nuestras emociones, nuestros sentimientos y afectos son sexuales.
4. Adquirimos un lenguaje que es sexuado.
5. Nuestras conductas concretas, lo que hacemos en el día a día, son conductas sexuadas.
¿Te sorprende?. A alguno/a sí. El sexo está en todos lados querido/a.
Otros artículos que te pueden interesar:
Celos. Recomendaciones para celosos y sus parejas. Parte 1.
Celos. Recomendaciones para celosos y sus parejas. Parte 2.
Celos. Recomendaciones para celosos y sus parejas. Parte 3.
Celos, redes sociales e infidelidad
Infidelidad y sus mitos. Parte I
Infidelidad y sus mitos. Parte II.
Desarrollaremos estos 5 puntos dividiendo el artículo en dos partes.
1. Nuestro cuerpo es sexuado.
Nuestro cuerpo es sexuado ya que tiene una anatomía y fisiología sexual.
Sabías que…
- Nuestro programa genético es sexuado. Todas nuestras células son sexuadas.
- Nuestro cerebro es sexuado en su funcionamiento y en su estructura.
- Nuestras hormonas son sexuadas, impregnando e influyendo nuestra conducta.
- Nuestros genitales internos y externos son sexuados.
- Nuestra figura corporal es sexuada.
- Nuestra función en la reproducción es sexuada.
Estos diferentes aspectos según se combinen, dan lugar a formas diversas de ser hombre o mujer. Es decir, pueden dar lugar a otras formas menos frecuentes que representan la diversidad intersexual.
Hay sociedades donde existe la clasificación del tercer sexo, en la que se admiten diferentes variantes.
En nuestra sociedad, aunque la mayoría de seres humanos, en torno a un 90%, se sienten hombres o mujeres en armonía con sus características físicas, se dan casos como las personas transexuales y transgénero que se auto clasifican de forma distinta a su biología, ya que finalmente la sede de la identidad sexual está en el “Yo”, en “la conciencia del ser”.
La naturaleza y dinámica de la fisiología sexual está regida por:
- La función procreadora. El deseo de tener descendencia.
- La motivación de placer. El deseo de obtener placer sexual.
→Como en el resto de especies sexuadas, nuestra supervivencia como especie depende de la reproducción sexual entre hombre-mujer (en pareja o por inseminación artificial). Pero la función procreadora en la especie humana no solo está regulada de forma instintiva. Los seres humanos podemos decidir, planificar nuestra reproducción, favoreciéndola o evitándola. También, podemos tener conductas sexuales de uno u otro tipo como las conductas autoeróticas, provocando una respuesta sexual con o sin pareja, con o sin coito, etc.
→En cuanto a la motivación de placer, la búsqueda del placer sexual es el principio motivador de la conducta sexual, ya que la actividad sexual está premiada por la naturaleza con un intenso placer. La naturaleza nos refuerza la conducta sexual de esta manera, para que queramos repetir una y otra vez.
La fisiológica excitación sexual puede desencadenarse con estímulos internos o sensoriales, fantasías, interpretaciones afectivas de la relación amorosa o la simple idea de tener una relación sexual. Tanto la vía mental como la directa, vía táctil, pueden desencadenar la excitación sexual.
La excitación sexual tiene 2 características:
- Ser en sí misma placentera.
- Provocar una tensión, que nos impulsa a resolver, mediante el orgasmo.
El orgasmo es un reflejo que desencadena una serie de contracciones acompañadas de un placer sexual más intenso que provoca también, reacciones bioquímicas que afectan a toda la fisiología corporal y nos hace sentir genial, también psicológicamente. Por esto, las especies sexuadas están tan motivadas para aparearse. Pero el ser humano también es distinto a otras especies sexuadas, en el principio del placer .
El ser humano puede decidir usar otras estrategias, no determinadas instintivamente, con el objetivo de:
- Incrementar la excitación y las posibilidades del orgasmo.
- Impedir o controlar su excitación sexual.
- Negarse a tener relaciones sexuales por diferentes motivos.
- Detener las conductas sexuales,
- después de alcanzado un cierto nivel de excitación.
Esto es lo maravilloso del ser humano, porque puede disfrutar del placer sexual cuando no puede haber reproducción, bien porque no tenga pareja, ésta no esté en sus días fecundos, esté embarazada o haya pasado la menopausia. Esta es la gran novedad de la fisiología sexual humana.
La mecánica de la respuesta sexual (-el deseo-,-la excitación-,-el orgasmo-) puede además, bloquearse debido a:
- Causas fisiológicas.
- Causas psicológicas.
- Causas interpersonales (carecer de deseo o motivación sexual, tener aversión sexual, tener imposibilidad o dificultad de excitación o no conseguir el orgasmo).
La respuesta sexual puede originar lo que los profesionales llamamos disfunciones sexuales ya que en condiciones de normalidad, la respuesta sexual humana está preprogramada en las especies sexuadas para que sea deseada y placentera.
Los humanos además, y a diferencia de otras especies sexuadas, tenemos otras características corporales que enriquecen las formas de estimulación sexual y búsqueda de placer, por lo que las alternativas con o sin coito son muchas.
→El hecho de ser bípedos, de habernos puesto de pie, ha liberado nuestros brazos y nos ha hecho desarrollarlos de forma espectacular, pudiendo abrazar, acariciar incluso con la yema de los dedos, llevar en brazos al otro … Por eso, los brazos, las manos y los dedos tienen funciones fundamentales en la crianza de los hijos, en la sexualidad y en la vida afectiva. Es más, tienen una función fundamental en la estimulación sexual, en el afecto y en la expresión de todas las formas de ternura y comunicación emocional.
→Nuestra pelvis, ha basculado hacia delante con lo que podemos hacer el coito de forma frontal, privilegio exclusivamente humano. Además, de poder igualmente amamantar y otras muchas actividades interpersonales frontales: comer, comunicarnos…
→Tenemos 2 metros cuadrados de piel casi desnuda en nuestra geografía sexual, piel sin pelo, que nos hace muy sensibles a la comunicación erótica, permitiéndonos un acceso directo y cálido a los millones de recepetores y emisores que tenemos de pies a cabeza. Sensaciones y estímulos erótico-placenteros directos, con acceso mutuo a la piel.
→Nuestra geografía sexual, con la supuesta capitalidad de los genitales, tiene zonas privilegiadas, las zonas erógenas, y lo que suele olvidarse, todo un mapa corporal sexuado lleno de montes y valles, arroyos y fuentes, playas y bosques con recodos siempre por explorar.
Todo ello puede vivirse de forma personalizada y diversa por lo que nunca hemos de presuponer cuál es la verdadera capitalidad, la zona erógena o los lugares preferidos de la otra persona.
Las preferencias personales, los descubrimientos nuevos y cambios evolutivos hacen de cada persona, un mundo siempre por explorar
La comunicación y la exploración son, por todo ello, fundamentales y en cierta medida inacabables
2. Nuestra manera de pensar es sexual.
Debido a la capacidad de nuestro cerebro y a nuestro aprendizaje social, cada uno de nosotros asimilamos de forma personal, las construcciones sociales sobre sexualidad y género masculino/femenino.
- Hacemos un procesamiento sexuado o sexual, de la información que recibimos. Este procesamiento tiene que ver con el esquema de género que adoptamos (“soy hombre”, “soy mujer”, “soy otra otra forma diversa”) que regula nuestra atención, nuestra percepción, nuestra interpretación, nuestra memoria, la recuperación de nuestro recuerdo y nuestra planificación de la conducta; de forma que finalmente, tendemos a pensar como hombres, como mujeres o de otra forma diversa. Hoy día, la presión social y los convencionalismos de género han sufrido una crisis y ésta ha sido más evidente en personas, especialmente las minorías sexuales y en ciertos movimientos sociales (como el feminismo).
- Tenemos fantasías de contenido sexual diferentes entre sexos y personas.
- Podemos planificar mentalmente la conducta sexual.
- Interpretamos nuestros deseos, nuestras atracciones y nuestras experiencias amorosas.
- Adquirimos una serie de valores y actitudes en relación con la sexualidad.
- Nos autoasignamos una identidad (que no es voluntaria y que tiene su sede en el YO) y reelaboramos el rol de género (la asignación social masculino/femenino).
- Los seres humanos somos el resultado de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones. Tenemos la capacidad de atender a estímulos, percibirlos, interpretarlos, tener imágenes y representaciones mentales, archivar las imágenes y los pensamientos en la memoria, reelaborar todos los contenidos mentales y recuperarlos trayéndolos a la conciencia, planificar mentalmente la conducta y el futuro, así como transmitir con el lenguaje oral, escrito, emocional y gestual nuestros conocimientos e interpretaciones a otras personas.
- Somos seres que vivimos en una realidad interpretada por nosotros a través de mitos, prejuicios, creencias religiosas, ideas filosóficas, creaciones culturales, publicidad comercial y conocimientos científicos. Todas estas elaboraciones están influidas por nuestro pensamiento sexual, asignando incluso a nuestros dioses características sexuales. La sexualidad, por otra parte, por ser tan importante en la experiencia y la vida humana, ha sido específicamente objeto de prejuicios, intereses perversos, manipulaciones comerciales, doctrinas de todo tipo, por lo que cada persona que nace, tiene que asimilar, rechazar o reelaborar estas construcciones sociales a modo personal.
La interpretación de la sexualidad que se hace en una sociedad y en un momento histórico concreto condiciona lo que las personas concretas piensan, sienten y hacen y por ello las actitudes, las formas de pensar, las inclinaciones a sentir y las tendencias a actuar son tan importantes en la vida sexual de las personas.
El pensamiento conservador o liberal sobre cuestiones sexuales, la actitud erotofóbica o erotofílica (cómo reaccionamos y sentimos ante estímulos o situaciones sexuales, con miedo/positivos) y las prácticas sexuales, promocionadas o declaradas inmorales socialmente, influyen en nuestras decisiones sobre la conducta sexual y nuestra manera de vivirlas.
El pensamiento sexuado es tan importante como la fisiología sexual, hasta el punto que nos permite tomar unas decisiones u otras, incrementar el deseo y la excitación, aceptar y llenar de significados la conducta sexual y el placer sentido. También pueden hacernos rechazar, bloquear, reprimir o sentir culpabilidad, impidiendo una vida sexual adecuada, siendo sexistas o incluso acabar cometiendo delitos contra la libertad sexual de los demás.
Una de las funciones de la ética, es ayudar a conformar un pensamiento sexofílico (tendencia positiva y saludable hacia el sexo) y a la vez respetuoso con los derechos de los demás
3. Nuestro humor, emociones, sentimientos y afectos son sexuados.
Somos cuerpo, mente y emociones
Estamos hechos en tres dimensiones que interactúan y se influyen, formando una unidad. Esta unidad que somos, puede verse desde estas tres perspectivas.
→Desde la perspectiva emocional, nos afecta todo lo que nos sucede. Nada nos deja emocionalmente indiferentes y siempre tenemos una reacción comportamental y una interpretación mental, que tienen una base anterior histórica, previa a nuestra toma de conciencia real; acaba asomándose a la conciencia subjetiva y puede ser reelaborada por el pensamiento y las construcciones sociales.
Los afectos sexuales son denominados así porque nos motivan para buscar el encuentro sexual y amoroso con otra persona.
El deseo sexual se manifiesta en fantasías, pensamientos e interés por el encuentro sexual, pudiendo ser anterior, concomitante o posterior a la excitación, y es necesario, en una especie sexuada como la nuestra, para garantizar la motivación por el apareamiento y de esta forma, la supervivencia de la especie.
La atracción sexual, nos lleva a seleccionar la pareja posible que más nos motiva sexual y amorosamente, favoreciendo la mejor descendencia.
Ambos afectos, tienen un claro sentido en el mantenimiento y la evolución de la especie, aunque a diferencia de otras especies, los seres humanos podemos tomar decisiones, no estando obligados a seguir lo que estos afectos nos demandan.
El enamoramiento, es un estado de fascinanción interpersonal, cuyo sentido evolucionista tal vez sea favorecer la formación de parejas y de esta forma, asegurar la vida de las crías.
En una especie como la nuestra, el enamoramiento favorece:
- El conocimiento entre los miembros de la pareja.
- La comunicación.
- La intimidad.
- La creación de otros afectos sociales.
Los afectos favorecen la formación de parejas y la crianza de los hijos, sea cual sea el tipo de familia o pareja que se cristalice.
La actividad sexual puede, por tanto, estar motivada de manera directa:
- Por el placer.
- Por los afectos sexuales.
Pero la actividad sexual también, puede estar motivada por otras muchas cosas como tener intimidad, cuidar o amar a la pareja…Así, puede haber relaciones sexuales ocasionales, sin compromisos sociales o afectivos y relaciones en un contexto afectivo con combinaciones muy diversas. Hay muchas alternativas respecto a las motivaciones sexuales y amorosas.
Aceptar la diversidad sexual de los demás, a la vez que cada uno se siente libre y responsable de su biografía sexual y amorosa, parece la mejor manera de ser uno mismo y respetar a los que son diferentes
Extrema atención a las alternativas sexuales perversas
Hay también alternativas perversas, que lamentablemente, son el precio que nuestra especie paga por ser libre y responsable de su conducta sexual y amorosa. Son aquellas alternativas que no respetan la libertad del otro por variadas motivaciones y razones.
3 Razones por las que no se respeta la libertad sexual del otro
1- La motivación de poder para controlar y dominar a otros.
2- Parafilias o desviaciones sexuales que pueden llevar al abuso sexual de menores.
3- Parafias o desviaciones sexuales que doblegan abiertamente la voluntad del otro como la violación, el acoso sexual, la coerción, el engaño y la violencia física.
Estos usos perversos deben ser perseguidos por la ley, pero además, deben ser prevenidos por una educación ética desde la primera infancia
La ética no solo indica lo que no se debe hacer, sino sobre todo, lo que sí se debe hacer, lo que conviene hacer y lo que en definitiva, es mejor para el bienestar de la persona, la pareja y la comunidad.
Otras procedencias en las diferentes motivaciones sexuales humanas
- Las hormonas.
- La estimulación sexual interna o externa.
- El deseo de agradar.
- La necesidad de aprobación.
- Los sentimientos de ansiedad o soledad.
- La búsqueda de poder u orientaciones sexuales parafílicas como la pedofilia y tantas otras.
- El deseo de tener hijos.
- Etc…
Nuestro modelo de intervención educativo y terapéutico responsabiliza a cada persona de sus decisiones, favoreciendo siempre las alternativas compatibles con el bienestar personal, de la pareja ocasional o estable y finalmente, de la comunidad.
Nosotros apostamos con nuestro trabajo, porque las alternativas sexuales que adoptemos libremente, deben ser compatibles con el bienestar de la comunidad, no tanto por las convenciones y valores dominantes en ese momento y en ese lugar del mundo en el que se vive, sino más bien, por el bienestar de las personas, parejas, familias e hijos; con especial respeto a las minorías y el énfasis en la necesidad de abandonar cualquier tipo de discriminación.
Aquí finalizamos la parte I del artículo. Invitamos a los lectores a continuar con la lectura pinchando el siguiente link.
Sexualidad y diversidad en la pareja. Parte II
Si quieres consultarnos te dejo un link para contactar:
https://maribelpazpsicologamadrid.es/contacto/
Bibliografía:
-“Etica de las relaciones sexuales y amorosas”. López, F. (2015)
-Imágenes: www.freepik.com
Maribel Paz
Psicóloga en Madrid.
Especialista y Experta en Terapia de
Parejas, Infantil y de Familia.
Amplia experiencia en Psicología Clínica.
Avalada y acreditada por el
Ministerio de Sanidad.
Nº de Colegiada: M-24840