MI FORMA DE TRABAJAR
Mi enfoque es cognitivo-conductual-emocional. Mis intervenciones están actualizadas según los últimos avances científicos y son de probada eficacia por la comunidad científica.
Utilizo guías y protocolos estructurados y estandarizados, probados y garantizados con la evidencia empírica y de referencia consensuada internacional y nacionalmente.
En las sesiones de trabajo, no sólo me ocupo de las conductas problema (signos, síntomas y síndromes) sino también de las fortalezas y cualidades positivas de las personas que acuden a consulta, procurando promoverlas e intensificarlas al máximo. Es de aquí de donde vamos a obtener la fuerza y energía necesarias para afrontar lo más ecológica y eficientemente posible las dificultades.
Mi trabajo se basa en la solución de problemas conductuales, cognitivos y emocionales, a través de un proceso algorítmico de toma de decisiones y mediante una serie de fases.
Se intenta hacer una terapia breve, pensando siempre en el menor coste para el cliente. Avanzando sin prisa pero sin pausa, progresivamente, en la consecución de los objetivos planteados en la terapia.
Fases de mi trabajo
EVALUACIÓN DEL CASO
Se recaba toda información posible para conocer los motivos por los que el cliente acude a la consulta, sólo la relevante al problema. El objetivo aquí es hacer un estudio, detallar al máximo el problema y hacer un análisis funcional de la/s conducta/s implicadas. Se quiere saber qué sucede antes, durante y después, y cuándo, dónde y cómo se produce el problema. Se logra así una formulación o hipótesis de trabajo, es decir, exponemos al cliente qué ocurre y por qué. Se ofrece una explicación o teoría explicativa del problema.
DIAGNÓSTICO
Tras el paso anterior, damos un nombre al problema, un diagnóstico. El diagnóstico se ajusta a los criterios y categorías consensuadas internacionalmente. Un buen diagnóstico orienta adecuadamente la intervención o tratamiento clínico y facilita la solución del problema. El objetivo aquí es entender a qué nos enfrentamos. Se razona al cliente un plan de tratamiento y unos objetivos y técnicas psicológicas a seguir. Hay casos en los que no será necesario y con una guía pautada se resuelve la consulta. También se ofrece al cliente un pronóstico sobre las consecuencias a medio y largo plazo que puede originar el problema consultado. El cliente valorará con toda la información proporcionada si debe iniciar la terapia.
TRATAMIENTO
Una vez tomada la decisión de iniciar el tratamiento, si éste es necesario, se aplican una serie de técnicas psicológicas destinadas a ir logrando los objetivos pautados en el plan de tratamiento, diseñado individualmente para el cliente. Éste deberá implicarse y comprometerse en la realización de las tareas terapéuticas que serán de necesario cumplimiento tanto en sesión como en casa. El objetivo es ir aprendiendo y practicando nuevos hábitos de comportarse, pensar e igualmente ir conociendo el funcionamiento de las emociones. La idea es que la persona se adapte más a las circunstancias y al entorno en el que ha de vivir.
MANTENIMIENTO DE LOGROS Y PREVENCIÓN DE RECAÍDAS
Es la etapa final de la terapia. En este punto hemos aprendido muchas técnicas psicológicas que nos ayudan a afrontar adecuadamente los dificultades. Aquí se repasa todo lo aprendido y se hace un listado de los logros conseguidos durante el proceso, logros que hay que poner en valor y mantener más allá de la terapia. Además, se hace un listado de las posibles dificultades que pueden surgir acabada la terapia. Posibles recaídas. Se trabaja con cada obstáculo para saber cómo solucionarlo y detectarlo a tiempo. El objetivo es prevenir las posibles recaídas o darles una solución a tiempo.
SEGUIMIENTO
Una vez finalizada la terapia, se programan una serie de sesiones al mes, a los tres y a los seis meses. El objetivo es apoyar al cliente post-tratamiento y reforzarle el mantenimiento de los logros adquiridos.